La fuerza es la capacidad física básica que se precisa para
realizar cualquier acción deportiva, exista o no movimiento en esta. En
escalada es casi con toda probabilidad la mayor preocupación del conjunto de
los escaladores, o a la que se suele achacar el éxito o el fracaso (por su
déficit se piensa, aunque lo habitual sea su incorrecta gestión a lo largo de
la vía), en la consecución de los encadenamientos. No en vano es parte del
factor físico de rendimiento más importante: la fuerza relativa de agarre, y de
otros secundarios, como la capacidad de desplazamiento mediante la tracción y/o
empuje para ascender las distintas vías, tanto más relevante cuanto más
alejados se encuentren los agarres y más precarios sean los apoyos para los
pies que haya en la misma.
Sin embargo, este breve post no es para hablar de la fuerza
y su metodología de entrenamiento de cara a la mejora del rendimiento, sino que
tiene el objetivo de aportar algo de información “gráfica” (video adjunto) y
teórica, para que éste se pueda llegar a producir, es decir, se hablará de la
importancia que tiene el trabajo de la fuerza como elemento compensatorio del
sistema para la prevención de lesiones y, por ende, para la potenciación del
rendimiento a largo plazo, pues aquel que más tiempo entrena del mejor modo
posible sin más parones que los necesarios para la regeneración de los
potenciales de adaptación de las distintas cualidades determinantes del
rendimiento, es quien más probabilidades tendrá de conseguir los mejores
resultados posibles: en resumen, que quien más puede encadenar es quien desde
luego no se lesiona!... y a esto contribuirá en gran medida el poseer una
musculatura suficientemente desarrollada y compensada, capaz de soportar los
esfuerzos propios de la escalada y el entrenamiento dirigido a la misma.
Los trabajos que compensan o equilibran el sistema son todos
aquellos destinados, por un lado, a reducir el exceso de tono general y
asociado que se genera en los músculos que más trabajan y los auxiliares o de
refuerzo que se activan al mismo tiempo y, por otro lado, a aumentar la
capacidad o tono general de aquellos músculos que permiten la producción de los
movimientos controlados o acciones propias de la escalada y que son,
precisamente, los que realizan aquellos contrarios a los principales: los
antagonistas.
En general, la musculatura principal para escalar debe
trabajarse con tendencia hacia la máxima especificidad en su uso, es decir,
tanto la musculatura que interviene en el agarre como la musculatura que
realiza la tracción y/o empuje más los músculos auxiliares o de refuerzo,
deberán entrenarse en la manifestación de potencia isométrica máxima (teniendo
en cuenta las dos variantes de velocidad de aplicación de la fuerza y de máxima
producción de fuerza, que son los componentes de la potencia) los primeros, y
en la manifestación de fuerza explosiva y la de fuerza resistencia con o sin
pre-isometría los segundos. La posibilidad de concurrencia de una hipertrofia
en determinados músculos de este sistema estaría “permitida” e incluso
justificada para la consecución de mayores niveles de fuerza cuando se
considere necesario, por un peso global superior del escalador que lo demande.
En el caso de la musculatura antagonista, la creación de un
tono adecuado deberá evitar, en cualquier caso, la adaptación anterior
comentada (hipertrofia), ya que hará más
pesado el conjunto y la potencialidad de desarrollar más fuerza con esta
musculatura no tiene más sentido salvo en casos en que exista una descompensación
o déficit importante, que será cuando la acción principal no se pueda realizar de
forma controlada por falta de fuerza en alguno de estos grupos. La observación
de este efecto determinará la orientación del trabajo por tanto, que en líneas
generales se llevará a cabo sobre las manifestaciones de resistencia a la
fuerza con o sin isometrías.
En el caso de la musculatura antagonista, la creación de un
tono adecuado deberá evitar, en cualquier caso, la adaptación anterior
comentada (hipertrofia), ya que hará más
pesado el conjunto y la potencialidad de desarrollar más fuerza con esta
musculatura no tiene más sentido salvo en casos en que exista una descompensación
o déficit importante, que será cuando la acción principal no se pueda realizar de
forma controlada por falta de fuerza en alguno de estos grupos. La observación
de este efecto determinará la orientación del trabajo por tanto, que en líneas
generales se llevará a cabo sobre las manifestaciones de resistencia a la
fuerza con o sin isometrías.
Para no extender demasiado este post, adjunto un video en el
que se pueden apreciar algunos ejercicios para el trabajo dirigido y general de
la musculatura agonista y antagonista en escalada, que por otro lado resolverán
las dudas de más de uno que los tiene que ejecutar por primera vez (2º motivo
del post).
![]() |
| Secuencia de uno de los ejercicios (aunque esto no sea compensatorio...) |
