Entrenando en STONEWAY
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Muy probablemente, desde el visionario Güllich hasta
nuestros días, no ha habido un mayor avance en cuanto a medios específicos para
el entrenamiento en escalada como el archiconocido y aun así “poco analizado”
todavía campus board. Todo lo que va surgiendo desde entonces son variantes de
cosas ya inventadas antes, que sirven de uno u otro modo para el trabajo de los
factores de rendimiento, casi siempre físicos, en escalada: nuevos tipos de
presa menos abrasivas y más respetuosas ergonómicamente hablando, tablas
multipresas diferentes y accesorios para el trabajo dirigido de la fuerza son
quizás los avances más destacables en este terreno; mientras tanto, el campo de
la metodología más eficaz a emplear con cada uno de ellos todavía está poco
trillado, a la espera de estudios científicos que lo determinen (y en eso
estamos…)
El motivo de esta entrada es mostrar lo que hace ya 2 años,
Sergio Escartín (un buen amigo) junto con su colega Josué, idearon,
diseñaron y construyeron: el primer prototipo de STONEWAY, un máquina para
escalar hasta “el infinito” sin necesidad de ir al “Capitán” para hacer cientos
de metros ascendentes, y apta para el entreno más específico existente hoy y
siempre para escalar, o sea, escalar; y todo esto sin movernos de nuestro garaje.
Los más puestos en el tema dirán que “esto ya estaba
inventado”…, y efectivamente, el Tread-Wall vio la luz hace años como un
elemento más pensado para gimnasios o para la realización de estudios
científicos de forma controlada en laboratorios...; por tanto, esa especie de "tapiz rodante" vertical ya lleva años en funcionamiento pero, al igual que ha sucedido con todos
los equipamientos para escalada, STONEWAY supone un avance en la concepción del
entrenamiento para escalar por todo lo que permite.
Con STONEWAY se puede programar previamente tanto los metros
a escalar como los desplomes que deberá tener la vía que se haya diseñado (así, se puede introducir fácilmente con una interfaz que lleva en un lateral los metros que se quiere escalar a cada inclinación, por ejemplo: 10 metros a 20º, luego 10 metros a 30º, otros 7 metros a 35º y 5 metros a 15º..., y todo esto sin bajar al suelo ni tener que parar para nada!!), se
podrá pautar desde donde empezar la vía (pues se puede fragmentar todo en secciones), se podrán determinar las series y repeticiones a realizar, o si se
desea la velocidad a la que escalar fijándola para la mejora del ritmo..., aunque sino, la misma máquina se adapta
al propio ritmo, acelerando si se va más rápido y deteniéndose si se para (por tanto, se puede parar a reposar,
imitando a la perfección los tiempos de contacto y la dinámica del esfuerzo propio
de la escalada).
Con todo esto, la sensación que se tiene al escalar en ella
es la de estar en la misma roca o en cualquier rocódromo, tanto a nivel local
(antebrazos) como global (brazos, espalda, piernas…), y eso es porque se escala
siempre de forma ascendente, que es la mayor ventaja que supone con respecto a
cualquier plafón o rocódromo que se precie, en los que o se escala hacia abajo para
continuar el esfuerzo (lo que no deja de ser más que una imitación o aproximación
de lo que sucede realmente cuando se escala), o se detiene el esfuerzo porque se
acaba la vía, respectivamente.
En definitiva, STONEWAY supone una revolución en cuanto a la
especificidad del entrenamiento que permite desarrollar sobre ella y un control
muy elevado de la intensidad del mismo, aunque sobre esto hablaremos más en
detalle en próximas entradas.
De momento os dejo un vídeo “casero” que grabamos hace un
día probándola, enlazado en el nombre de la máquina: STONEWAY. Si os gusta y tenéis
curiosidad, os podéis poner en contacto conmigo para saber más o quedar para
probarla. En mi opinión, no defrauda en absoluto.