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(de validez contrastada en innumerables deportes), los ingredientes particulares que funcionarán para cada cual y que, aunque parecidos en muchos casos, tendrán que ser diferentes por las particularidades que hacen distinto a cada escalador del resto, léase: aspectos a mejorar (que deberán copar gran parte del entrenamiento), historial deportivo (y las adaptaciones morfo-funcionales generadas), legado genético (resistencia de tejidos blandos, ritmos de adaptación), condiciones actuales para la práctica deportiva (socio-laborales, familiares…).
Pablo Borderías en "Vidal, hombre ideal", Foz de Sigüés, realizando el entreno más específico posible: escalar! |
Así, anticipar la consecución de esas adaptaciones objetivo va a permitir alcanzarlas con mayor seguridad o eficiencia que si se hace de un modo desorganizado o inconsciente; no obstante, no quiere decir que sin planificar no se puedan alcanzar esas adaptaciones, siendo este el caso de muchos escaladores que simplemente entrenan, es decir, realizan una serie de ejercicios que suponen una carga-estímulo que produce una adaptación en el organismo (lo que incluye escalar en roca), pero no lo planifican, esto es, no se plantean qué tipo de adaptación les supone esa carga que están haciendo o el grado de interferencia que puede haber entre la serie de estímulos que ofrecen a su cuerpo, con el posible descontrol que esto provoca en cuanto a la previsión del estado en que se encuentran (no saben en qué momento de forma están, si deberían sentirse fuertes, o cansados,…, o peor, no saben si se pueden estar sobreentrenando o simplemente “perdiendo” el tiempo) y la dificultad para generar una verdadera progresión en el rendimiento.
Para quienes no planifican nada, el principio de la especificidad es el que rige todo, y se resumiría en que “escalar es el mejor entrenamiento para escalar”, por tanto, escalando en general, sea en roca (donde se hacen los trabajos especiales, esto es, con variación de intensidades constantes) o en plafón (con más posibilidad de control sobre la variación de las intensidades), ya tienen gran parte (sino todas) las adaptaciones objetivo “garantizadas” (dependiendo de lo que se escale claro, o sea, de las intensidades), lo que en la mayoría de los casos es suficiente para cumplir con los objetivos-expectativas personales, ¿quizás alejados de la superación de los propios límites?, ámbito donde adquiere verdadero sentido el entrenamiento planificado.
Quienes se deciden a entrenar de forma planificada no dejan de tener en cuenta el principio anterior de especificidad sino que, además, tienen en cuenta todos los demás principios del entrenamiento que harán del mismo un proceso más seguro (que no más rápido necesariamente) en la evolución hacia los límites personales.
Aprender de los errores o de cómo no cometerlos
A continuación se exponen algunos elementos que pueden provocar, en la práctica, una evolución entorpecida (o incluso inexistente) cuando se planifica un entrenamiento para escalar mejor:
El diagnóstico inicial determina cual es el camino más inteligente a seguir. |
1. No diagnosticar correctamente (o simplemente, no hacerlo) las debilidades personales, o hacerlo pero luego no dedicar un tiempo al trabajo voluntario para su mejora, sobre todo cuando éstas se enmarcan en del terreno de la eficiencia (ámbitos técnico-táctico y mental); también hay que tener en cuenta que no se mejorará por el simple hecho de practicar, sino cuando haya un esfuerzo consciente por realizar una práctica perfecta, y para eso lo primero es observar, analizar y aceptar aquello en lo que se puede mejorar y después, establecer los medios y el método para ir mejorando a diario. Aquí será de gran ayuda contar con el asesoramiento de alguien más experimentado que pueda aportar información útil y objetiva: DIAGNÓSTICO ADEDUCADO Y COMPROMISO VERDADERO CON ESTRATEGIAS DE MEJORA.
2. “Calibrar” en exceso los medios con que se cuenta para entrenar (especialmente los temporales), y no adaptar la planificación de entrada a esto o, aun sabiendo de la limitación, excederse con el tiempo que requeriría completar todo el entrenamiento: ENTRENAMIENTO AJUSTADO AL ESCALADOR (NO ALREVÉS).
3. Ser poco realista en el establecimiento de objetivos y plantearlos sólo desde la perspectiva del resultado, siendo más eficaz para el proceso y la fidelidad con el entrenamiento a largo plazo la búsqueda de la mejora en la propia tarea (reducción o eliminación de las debilidades) que tenga como telón de fondo la consecución de objetivos de resultado; así, la propia práctica adquiere un sentido que va más allá del mero hecho de encadenar: OBJETIVOS DE TAREA SOBRE EL GUIÓN DE OBJETIVOS RESULTADO.
Respetar el eslabón más débil evitará lesiones y una progresión ineficaz por un trabajo excesivo sobre cualidades ya de por si desarrolladas |
5. Entrenar siempre del mismo modo, sin variedad en los contenidos, agotando así los potenciales de adaptación de los mismos y creando una monotonía que correlaciona muy bien con el abandono deportivo, o el polo opuesto, esto es, variar constantemente los contenidos sin criterio, muchas veces imitando el último video de moda de internet o lo que hace el más “lolo” del panel: VARIACIÓN CONTENIDOS CON CRITERIO PREESTABLECIDO.
Cada cual seguirá una periodización concreta en función de sus objetivos, ritmos de adaptación, etc... |
7. No variar las cargas de los distintos contenidos a lo largo de cada ciclo, de forma que se cree un estímulo progresivo de adaptación en el organismo que garantice una evolución del estado de forma…, en cuanto a esto:
o Se deberá evaluar qué volumen mínimo produce mejoras en cada contenido y, a partir de allí, crear una progresión de cargas, “normalmente” crecientes salvo en el final, a lo largo de cada ciclo (o mesociclo): ENTRENAMIENTO INTELIGENTE = CARGA MÍNIMA QUE PROVOCA ADAPTACIÓN = “LO MÍNIMO ES LO MÁS”.
o Tener en cuenta lo anterior sobre todo en las cualidades principales a desarrollar a lo largo de un ciclo, priorizando algunas de ellas en cada parte del macrociclo, de modo que se comience por aquellas con mayor efecto residual en el organismo (las que sus efectos tardan más tiempo en desaparecer) y por las de menos conforme se acerque el momento de mejor forma previsto: DE MAYOR (CONTINUIDAD Y FUERZA MÁXIMA) A MENOR (FUERZA RESISTENCIA, CAPACIDAD ANAERÓBICA LÁCTICA Y ALÁCTICA) EFECTO RESIDUAL.
o En cada ciclo, habrá cualidades en las que no se buscará una mejora pero que se deberán mantener a cierto nivel, por tanto, no precisarán de una progresión en sus cargas y, sobre todo, no deberán entorpecer el trabajo sobre las cualidades prioritarias en cuanto a la fatiga añadida que pudiesen generar: PROGRESIÓN CUALIDADES OBJETIVO Y MESETA PARA EL RESTO (ATENCIÓN INTERFERENCIAS).
La autoescucha y el control son la clave |
9. Falta de evaluación del proceso, no sabiendo “dónde” ni “cómo” se está (unos días se está bien, otros días destrozado…, y sin saber por qué): CONTROL FACTORES DE RENDIMIENTO Y ADAPTACIÓN CONSECUENTE.
Publicado en la revista Escalar (93)